¿Cómo gestionamos la brecha?

¿Qué haces cuando una persona de tu equipo simplemente no se mueve de una posición arraigada en la que tiene un gran compromiso personal y profesional? ¿Cómo puedes reducir o gestionar la brecha entre tu posición y la suya?

Muchas veces, intentamos convencer a la otra persona de nuestro punto de vista a través de nuestros argumentos, pero nos encontramos con que la brecha entre ambas posiciones se agranda en lugar de reducirse y esto es un gran problema.

¿Por qué sucede esto?

Puede ser porque no tenemos todos los hechos para entender por qué la otra persona no está de acuerdo, o porque nuestras diferencias en valores o culturas no son susceptibles a argumentos razonados

Sea cual sea la fuente de las diferencias, cuando no puedes ganar por la razón, comienzas a enojarte y por lo tanto, la brecha solo se hace más grande.

La clave para evitar esta dinámica es dejar de tratar de hacer que la persona cambie y en su lugar hacer que se abra. La información que obtengas puede ayudarte a moderar tu propia posición y así abrir el camino para una cooperación mutuamente ventajosa.

En lugar de argumentar, busca entender la perspectiva de la otra persona y hazle ver los beneficios de tu propuesta. Haz que comprendan tus limitaciones y haz que vean lo que tienen que ganar con lo que propones.

¿Y si esto no funciona?

Si a pesar de tus esfuerzos, la otra persona sigue sin moverse de su posición, es momento de trabajar juntos para reducir la brecha de manera que ambas partes puedan cooperar de manera productiva a pesar y dentro de los límites de tus diferencias.

Puede ser que tengas que asumir la responsabilidad de la acción que deseas realizar, estando preparado para compartir la recompensa y el crédito.

Una vez que se reduce la brecha y avanzas, notarás que tus interacciones generan cambios. A través del intercambio de comunicación, todas las partes llegan a sentir que al menos algunas de las diferencias entre ellas son en realidad más pequeñas y más fáciles de vivir de lo que parecían al principio. Al final, la cooperación mutua puede traer resultados sorprendentemente positivos.

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